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5 razones molonas para autocultivar
Hay muchos beneficios de tener tu propio cultivo. Algunos de los más destacados son ahorrar dinero, aprender sobre iluminación, tierra y un montón de cosillas más, compartir el tiempo con los tuyos, y encontrar una afición desestresante... ¿genial, no?
Por supuesto, recuerda que no todo son ventajas. Tener un cultivo requiere tiempo, mantenimiento y, sobre todo, paciencia, pero si reúnes estas tres condiciones, ¡ni lo dudes!
La mayoría de las personas que ya cuentan con un cultivo propio señalan que existen más ventajas de las que imaginaron en un primer momento. Por ejemplo, no solo ahorras al tener tu propia producción en casa, sino que estos, son de mejor calidad a causa de no llevar productos de extraña procedencia y, además, saben mejor.
Otro ejemplo es que cuidar del cultivo se convierte en un hobby enseguida, es competencia contigo mismo para hacerlo mejor, tener plantas bonitas y bien cuidadas, y sobre todo la motivación del buen resultado. ¿Necesitas más motivos?
1. Sabes lo que consumes
Esta es la principal ventaja y el motivo por el que muchos comienzan a tener un cultivo en casa. Cada vez desconfiamos más de otro tipo de mercado y con razón. Sabemos que la mayoría utiliza productos de dudosa calidad y no sabemos dónde ni de qué forma han sido cultivados. A día de hoy se usan modificaciones para que las producciones sean mayores y esto no mola tanto.
Además, no siempre tenemos tiempo de desplazarnos para adquirir nuevas flores, muchas veces tampoco te convence la calidad, por lo que cultivar en casa es la opción más segura. Así tú controlarás la calidad y disfrutarás mucho más tranquilo/a.
Para ello, te recomendamos que te apoyes de marcas y productos ya conocidos, de personas referentes en el sector o revistas/artículos en medios confiables.
2. Anti Estresante natural
Seguro que has oído alguna vez que uno de los beneficios de tener tu propio cultivo es que es un anti estresante natural y es totalmente cierto. Además, hay otro tipo de plantas que tratan el estrés y la ansiedad. Al principio puede parecer lo contrario, porque estarás en proceso de adquirir las herramientas que necesitas o quizá tienes ansiedad por no lograr que crezcan las primeras plantitas, pero en cuanto lo tengas algo controlado, será una experiencia muy relajante. A la mayoría les ayuda con el estrés, la ansiedad e incluso la depresión.
Además de los beneficios ya mencionados, esta es una experiencia muy grata. Por otro lado, las plantas tienen otro ritmo, y esto te permitirá desconectar día a día y estar en contacto contigo, la tierra y tus plantas.
3. Plantitas de la suerte todo el año
Si quieres sacar el máximo provecho a tus plantas, el cultivo indoor será la mejor opción, te va a permitir cosechar "tréboles" en cualquier época del año, sin dar importancia al clima exterior. Una de las herramientas más geniales para esta clase de cultivo, son los armarios, los que consiguen que nuestra cosecha se mantenga a una temperatura estable y favorecedora, que nuestras plantas reciban la cantidad de luz adecuada y estén alejadas de enfermedades y brotes de plagas.
4. ¡Puedes ahorrar mucho dinero!
Si te preocupa tu salud, y el medioambiente y sobre todo tu cartera, el autocultivo es la mejor opción que tienes al respecto. A veces el dinero que se gasta en supuestas buenas flores y que muchas veces no cumple con las expectativas, es excesivo.
Pero tranquilo/a, no es necesario que gastes grandes sumas de dinero, puedes empezar a crear pequeños cultivos de calidad. Al tener tu propia cosecha ahorrarás en gastos. Puede que al principio no demasiado porque tardarás un tiempo en conseguir todo el equipo adecuado, pero luego y, sobre todo, si tienes un buen espacio, el ahorro puede ir desde los 30 a los 200€. Una buena manera de aumentar este ahorro es comprando kits de fertilizantes para todo el ciclo de las plantas; juntos y no por separado.
5. Podrás experimentar con distintas variedades
Finalmente, otro de los beneficios de tener tu propio cultivo es que podrás despertar tu creatividad. Por ejemplo, podrás hacer pequeños cambios y modificaciones y ver qué efectos surten. Pero heeey... no te olvides de los libros y de los consejos de los grandes gurús. Siempre y cuando hayas seguido algunas indicaciones o tengas conocimientos básicos, claro está.
Por supuesto, también puedes experimentar con variedades. Por ejemplo, no todas las semillas crecen igual de bien en climas cálidos, templados o fríos. También debes tener en cuenta que existen algunas plantas que no crecen en invierno pero que algunas variaciones podrían llegar a hacerlo.
Así que si estudias y conoces tus semillas lo suficiente, podrás tener las que desees durante casi todo el año. Esto es una gran ventaja, teniendo en cuenta que podrás conseguirlas en casi todas las temporadas.